sábado, 18 de abril de 2009

El camino Puricelli

Escuchando: Sahara, NightWish

Frase del momento: No tengo ninguna frase hoy, estoy demasiado dormida...

Esta es la entrada que os prometí sobre la ruta de senderismo que hice durante la Semana Santa. De todos los días de la semana tuve que elegir el peor para salir de excursión a la sierra...

Todo empezó con un libro (Madrid en Cercanías, por Andrés Campos) para hacer excursiones por Madrid sin necesidad de utilizar el coche, partiendo de estaciones o apeaderos de la red de Cercanías de Madrid.

Después de consultar todas las rutas que vienen comentadas y descartar las que eran muy difíciles (soy una completa inexperta en el campo del senderismo...) y las que eran demasiado largas (buscábamos rutas para hacer en un día) nos quedamos con 3 posibilidades, descartando una que empezaba en El Escorial porque no venía muy bien explicado el recorrido. Al final nos decidimos por el camino Puricelli de dificultad baja-media y un total de 8 kilómetros ida y vuelta para ir a recorrerlo el día 10 de abril.

Pues bien, ese día se levantó lloviendo, la predicción de la Agencia Estatal de Meteorología daba un 90% de probabilidad de lluvia en Cercedilla, lugar donde empieza el camino. Al ir a por pan para hacer los bocadillos me di cuenta del frío que hacía, aunque la lluvia todavía era soportable.

A las 10 y media nos presentamos en Atocha, para coger un Cercanías hasta Cercedilla que salía a las 11:02h. El viaje es muy tranquilo y no hay demasiadas paradas, pero aún así se tarda más o menos una hora y veinte en llegar a :



Al bajar del tren me doy cuenta de que lo que en un principio desde dentro me había parecido lluvia, no lo es. Está nevando. Poco... pero está nevando.

Siguiendo las indicaciones del libro, seguimos la vía del tren en dirección Segovia hasta llegar al túnel y a la derecha se ve la entrada de un camino. A la entrada hay un mapa de la ruta y comprobamos que el mapa que llevábamos coincide. Hay que subir una cuesta en zigzag y cuando se llega arriba empieza el camino (a la derecha, hay que pasar por una especie de aparcamiento de 3 coches y hay un cartel que pone "calzada" en azul... más que nada lo digo porque la tendencia es seguir recto al llegar arriba y no, ese no es el camino)

El camino está señalizado con marcas de color azul en los árboles, así que es fácil de seguir. Es ancho y va entre pinos todo el rato, la primera parte está enlosada como si fuese una calzada romana, pero en bastante mal estado y es fácil torcerse un tobillo al caminar. Siempre se puede ir por los laterales del sencero (que, con mi habitual destreza para estas cosas... fijo que me parto un pie...)

Por el camino vimos vacas, negras, con unos cuernos que madre mía! pero eran vacas y pasaron de nosotros tranquilamente (al menos en el camino de ida...) a las que no hice fotos para no molestar con el flash de la cámara, pasamos por varios riachuelos, por una cerca que hay que cruzar para poder seguir el camino (claramente estaba la marca azul al otro lado)... así hasta una cerca que da paso a una finca privada y por la que no se puede pasar.



Y seguía nevando, cada vez con más fuerza y con mucho viento.

El camino parece que acaba ahí, pero en el libro también lo ponía. Hay que subir por la pendiente que hay a la izquierda (que está pastante empinada, casi pierdo los pulmones y los higadillos en la subida... pero claro... yo soy cuerpo de sillón... a otro seguro que le parece un paseíllo!)

Una vez arriba se llega a una pista de tierra, más fácil de caminar que la "calzada", sin riesgo de torceduras, pero más sucia, la nieve estaba convirtiendo la tierra en barro y las botas acabaron hechas un asco.

A partir de ahí es mucho más fácil, el camino es en un descenso muy suave y al final se llega al Hospital de la Fuenfría. Sí, yo también me pregunto qué hace ahí un hospital...

Llegamos como a las dos, aprovechamos el hospital para ir al baño y nos sentamos debajo de las cornisas a comernos el bocadillo, que aún nevaba. También nos vino bien el cafelillo que nos tomamos de postre, que a mí se me quedaron las manos congeladas sólo de sujetar el bocadillo. Mientras comíamos dejó de nevar... más o menos una hora, entre la comida y el descanso.

A la vuelta hay dos maneras de volver a la estación de Cercedilla. Una es siguiendo el camino del Campamento y otra es siguiendo por el mismo camino hasta un puesto de información medioambiental y bajar pegados a la carretera.

Nos decidimos por el camino del Campamento, que además viene señalizado con marcas rojas sobre los troncos de los árboles. Nada más empezar a caminar volvió la nieve (parecía que iba a mala idea) y esta vez con bastante fuerza. Para seguirlo hay que volver caminando por la pista de tierra hasta el desnivel que subimos a la venida. Al llegar ahí hay que seguir adelante y no bajar.



En este camino, las marcas rojas están más separadas unas de otras y a veces cuesta encontrarlas, pero es todo el rato pista de tierra y no hay desvíos así que no es difícil de seguir. Tiene más cuestas que el otro, eso sí. Y da un pequeño rodeo que te aleja de la estación (o de donde tú supones que está la estación...)

Se pasa por un puente romano, pero apenas se ve porque está cubierto de vegetación. Aquí paramos, para ver un riachuelo y estuvimos haciendo el cabra por la ladera... Intentamos seguir el río hacia arriba de la ladera, pero a medio camino ya no pudimos pasar y nos volvimos al camino.



Siguiendo el camino se llega a una pradera donde había varias vacas pastando... y varias vacas bloqueando el camino, que yo no sé qué hacían por ahí con tanto frío y la que estaba cayendo... En la pradera hay un Campamento de bomberos que está medio abandonado (de ahí el nombre del camino, supongo) donde nos encontramos con 3 excursionistas aguerridos como nosotros, descansando en la parte del edificio donde no soplaba tanto el viento, que era bastante.

A partir de ahí el sendero ya es de bajada todo el rato y no hay marcas rojas que seguir. El camino del Campamento sigue por otro lado y no lleva a la estación de Cercanías. No hay duda posible, hasta casi al final, cuando hay una desviación a la derecha, que no hay que seguir.

Más vacas por el camino, sentadas plácidamente a los lados del camino, qué monas! Al final se llega al descenso en zig-zag (el mismo que subimos cuando llegamos) y a las vías del tren.

No estuvo mal para una excursionista novata!

No hay comentarios:

Publicar un comentario